Los Géneros

Cuando los seres dispuestos a acelerar la genética humana llega­ron a nuestro mundo el hombre mantenía una total armonía con su medio natural.
Con semejanzas a los primates de la actualidad los primeros seres humanos ya se destacaba en relación con los seres de otras espécies más primitivas.
Sin embargo el proceso de aceleramiento ya se había programado y se había comenzado a realizar mucho antes de la aparición del hombre sobre la faz de la tierra.
Se sabía por parte de los seres superiores que era muy delicado iniciar un proceso de aceleramiento desde el mismo hombre por su enorme potencial.
Era preferible realizar un acele­ramiento en su medio y no perturbar su genética natural.
El aceleramiento se comenzó en el mismo planeta ayudando a los elementos a adecuar en forma progresiva el surgi­miento de un ser superior como el hombre.
La raza humana adecuó su evolución al aceleramiento natural del mismo planeta y se desarrollo como la mayor parte de los seres inferiores al hombre guiados por una ley de selección natural del más apto.
Sus aptitudes debían estar acordes al cambio del mismo planeta que había sido acelerado en su des­arrollo.
La masa atmosférica y geológica del planeta se encon­taban en un contínuo cambio y el hombre debío desarrollar aptitu­des físicas adecuadas para sobrevivir en un medio tan salvaje y convulsionado y uno de estos cambios fué la partición de su sexualidad y que se debió a este aceleramiento desmedido.
Se conjugaron el aceleramiento provocado con el aceleramiento natural del planeta y los dos sexos hacían a la humanidad más fuerte y apta a los cambios bruscos.
Un desarrollo natural del planeta debió mantener unificada la sexualidad del ser humano que generaría una especie con aptitudes muy propicias para un cambio progresivo y hubiera así mantenido un grado de desarrollo uniforme en cada individuo de su misma especie y un control en su demografía.
La división en dos sexos hacía al ser humano más fuerte y apto a los cambios bruscos pero estancaba en cambio un desarrollo progresivo en las capacidades natas en su estructura genética.
El aceleramiento en el desarrollo del planeta provocó un adecuamiento en la genética natural del hombre por lo que se puede decir entonces que el aceleramiento en el desarrollo del planeta provocó el adecuamiento en la genética humana desde sus inicios.
La fuerza universal de cambio se polarizó en el planeta en dos grandes fuerzas de cambio y la potencialidad de las capacidades humanas se dividieron en dos géneros:el femenino y el masculino y por ende en los estados inferiores al hombre.
Podemos notar en nuestras vidas las diferencias entre el potencial femenino y masculino que son un complemento de aptitudes para el adecuado desarrollo progresivo de la humanidad.
En un tiempo se pudo diferenciar notoriamente los dos géneros pero en estos momentos podemos destacar en el actual grado de desarrollo del ser humano una notoria igualdad de capacidades entre los géneros.
El género femenino dispone de un potencial mejor adaptado a una evolución progresiva en su propia genética engendrando nuevos seres con un potencial aún mayor,puede aunar en su físico el potencial de sus congéneres en su gestación, en sus dos géneros.
Esta capacidad le ha permitido fortalecer su propia estructura genética en relación al aceleramiento contínuo del universo y a los cambios de su propio medio.
El género masculino ha dispuesto de capacidades complementarias al de su similar femenino y su estructura física se adaptó más a los cambios de su medio para su supervivencia,su genética desarrollo en su género estas aptitudes para la protección de su especie .
Hoy día estas diferencias ya son imperceptibles por un aceleramiento visible en la evolución de la humanidad.
Las nuevas generaciones,en cada género,disponen un potencial genético mas desarrollado en sus dos géneros con las limitaciones propias de su cuerpo físico.
Esto se ha generalizado en el total desarrollo del planeta como una necesidad de adaptación a los cambios progresivos.

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